¿Qué es y qué produce el dolor cervical?
“Dolor cervical” hace referencia literalmente al dolor que se siente en el cuello. Es importante dejar claro que no es un diagnóstico en sí mismo. Lo mismo ocurre con la lumbalgia o lumbago, que tampoco es un diagnóstico y quiere decir literalmente “dolor en la zona lumbar”. Como siempre, las causas son diversas, y a menudo influyen varios factores. Afortunadamente, solo un porcentaje muy pequeño de dolor cervical es producido por causas graves. Además, para la mayoría de las personas que tienen dolor cervical alguna vez, este tiende a remitir al cabo de días. Pero para una parte de estas personas el dolor cervical se convierte en un problema cuando este no desaparece de forma natural. En este caso, además de algunos factores individuales de la persona que lo sufre, hay otros factores que suelen influir, tales como un estilo de vida sedentario, posturas mantenidas durante largos periodos de tiempo, no hacer ejercicio o actividades que impliquen un uso amplio de la movilidad articular, etc.
Si por ejemplo se extiende hacia otras regiones corporales como los brazos, puede haber otras causas subyacentes y requiere en ese caso la valoración de un especialista. Para hablar de dolor cervical NO producido por patologías graves (la mayoría), tiene que ser dolor sentido solamente en la zona del cuello. Lo más frecuente es que sea dolor en solo lado del cuello y que se reproduzca con las posturas mantenidas (y ojo, decimos “mantenidas”, que no “malas”) o movimientos del cuello como la rotación.
¿Qué posturas o movimientos son perjudiciales para el dolor cervical?
Aquí el mensaje claro: La evidencia científica en este sentido cuestiona algunos mitos sobre el dolor cervical ampliamente extendidos. Por ejemplo, las recomendaciones ergonómicas para prevenir el dolor están basadas en el supuesto de que la persona no se mueve del puesto de trabajo durante varias horas, de ahí que haya habido una carrera en la industria de la ergonomía por aumentar la comodidad, los ajustes y las sofisticaciones del mobiliario del trabajo como las sillas.
Es mucho más barato y saludable tratar de levantarse de la silla cada poco tiempo que tener una silla muy cara. Además, se sabe que no es posible mantener la concentración mucho tiempo seguido, por lo que si evitamos pasar largo tiempo en la misma posición al estar sentados, matamos dos pájaros de un tiro: ganamos salud y recuperamos capacidad de concentración.
De esta manera, para que una empresa favorezca y proteja la salud de sus trabajadores, probablemente sea más eficaz y tenga un mejor coste-beneficio promover el movimiento por ejemplo a través de incrementar el número de pausas cortas u otras formas de promover la actividad física, que gastar grandes cantidades de dinero en mobiliario ergonómico destinado a aumentar el confort y por tanto reduciendo la motivación para el movimiento.
Respecto a movimientos que puedan perjudicarnos, no hay necesidad de alarmarse puesto que para la mayoría de la población es difícil encontrarse en la vida diaria movimientos o ejercicios perjudiciales que puedan realmente producir una lesión. Más bien al contrario, de lo que deberíamos cuidarnos y tener cierto “temor” es al sedentarismo y al mantenimiento de una misma postura (sea con la espalda curvada o recta, da igual) durante un tiempo prolongado. A la columna (cervical) le favorece la variabilidad de movimiento, puesto que de esta manera se reparten las cargas mecánicas entre los diferentes tejidos, se evita que haya músculos trabajando en exceso, se lubrican las articulaciones, se favorece la circulación y la oxigenación de los tejidos, etc.
Donde parece más importante realizar movimientos con cierto entrenamiento y una técnica correcta es en aquellos trabajos en donde se manipulan cargas pesadas. Un factor protector sería que el trabajador estuviera en buen estado de forma física y con un nivel de fuerza muscular acorde a sus necesidades laborales, además de manipular la carga con cierta técnica. El problema es tratar de controlar voluntariamente la postura o moverse de forma rígida en movimientos normales de la vida diaria, como por ejemplo agacharse con la espalda recta para recoger un objeto mediano del suelo. En este sentido, hay estudios que muestran que flexionar la columna es perfectamente saludable.
¿Puede perjudicar el bolso o la mochila? ¿Hay que tener algún cuidado especial a la hora de llevarlos?
Es un tema que se lleva tratando mucho tiempo. En los niños, se ha comprobado que el peso de la mochila no es perjudicial y no produce dolor de espalda, por lo que no tiene sentido mandar mensajes erróneos a los padres induciendo miedo y fragilizando a los niños innecesariamente.
Respecto al bolso, a pesar de que no hay ningún límite definido a partir del cual se considere su peso perjudicial, este no suele pesar demasiado… En cualquier caso una actitud normal sería cambiarlo de lado frecuentemente si así la persona se siente así más cómoda.
¿Existe relación entre el estrés y el dolor cervical?
El estrés es una respuesta del organismo necesaria para la vida ante situaciones adversas. El problema es que en la vida moderna las situaciones adversas pueden prolongarse indefinidamente (problemas financieros), lo cual contribuye al mantenimiento de la respuesta de estrés.
Cuando esto ocurre, tiene efectos no deseables sobre el organismo. Con respecto al dolor, el estrés tiene una amplia evidencia de que es capaz de hacernos más sensibles al dolor, disminuyendo nuestro umbral del dolor.
En otras palabras, sentimos dolor más fácilmente. De esta manera, una persona con estrés crónico tenderá a tolerar peor y a sentir dolor ante una postura mantenida antes que una persona con un nivel de estrés normal.
Afortunadamente, para una persona con estrés crónico, conocer el hecho de que el estrés puede “amplificar” el dolor, puede que no lo reduzca, pero al menos le puede quitar preocupaciones sobre el estado de su cuello. Ocurre algo parecido con el sueño. Las personas con dificultades para dormir suelen tener una sensibilidad al dolor más alta y sienten dolor en el cuerpo más fácilmente ante estímulos mecánicos como el manipular peso o mantener posturas.
¿En qué momento hace falta acudir a un profesional sanitario?
Como se nombraba antes, a priori no hay que alarmarse cuando se tiene dolor cervical, ya que lo más probable es que sea de naturaleza benigna y no requiera más que un tratamiento conservador y unas pautas generales de salud “músculoesquelética” como el movimiento, la regulación de la carga y alguna pauta postural por parte del fisioterapeuta. Pero si el dolor es derivado de un traumatismo severo o accidente o este se da al mismo tiempo que síntomas hacia los brazos, hay que acudir al médico para descartar patologías importantes. De todas formas, volvemos a recordar que el dolor cervical por patologías graves es muy poco frecuente, por lo que si tenemos dolor moderado solo en la zona cervical, de entrada, no hay por qué alarmarse.
¿Cuál es el tratamiento farmacológico necesario?
En principio si la naturaleza del dolor es benigna, no sería necesario tomar medicación por defecto ante un dolor cervical. Además, varios estudios científicos han demostrado que por ejemplo el paracetamol no es efectivo para el dolor de columna. Otro medicamento comúnmente utilizado es el ibuprofeno, pero no se debería de abusar puesto que entraña ciertos riesgos que la gente no suele tener en cuenta. En cualquier caso, no deberíamos automedicarnos.
¿y el no farmacológico?
Como tratamiento no farmacológico para un dolor cervical común, sin causas graves pero que tiende a persistir en el tiempo, está la opción de combinar terapia manual en la región cervical combinada con ejercicio terapéutico, pautado y prescrito por un fisioterapeuta. Es una opción de alto valor y que está respaldada por la evidencia científica.
¿Es mejor hielo o calor para el dolor cervical?
El hielo y el calor no tiene un papel curativo. Sin embargo, a algunas personas les gusta y se sienten bien aplicando calor en la zona del cuello. Si no crea dependencia esta aplicación de calor y la persona tiene claro su papel “modulador de síntomas”, no hay inconveniente en aplicarse calor.
¿Existen ejercicios que puedan prevenirlo?
Volviendo a lo de antes, si hubiera que dar una recomendación general de ejercicio para prevenir dolor cervical sería mantener un estilo de vida activo y saludable, evitar pasar largos periodos de tiempo en la misma postura (por muy “correcta” que se considere la postura) o sentado, hacer paradas frecuentes en el trabajo a ser posible y tener un descanso y sueño aceptables. El ejercicio para que ejerza un factor de prevención sobre el dolor cervical, no tiene por qué ser específico en la zona cervical. El ir al gimnasio, practicar un deporte, bailar, caminar o un funcionamiento normal y variado, son buenas opciones.
¿Qué ejercicios podría aliviarlo?
Depende, el ejercicio debe ser individualizado para cada persona con dolor cervical, en función de las características de su problema, edad, estilo de vida, estado de salud general, etc., por lo que lo mejor es que este ejercicio sea prescrito por un fisioterapeuta. En cualquier caso, para tratar el dolor cervical, además de las actividades mencionadas para su prevención, los ejercicios terapéuticos específicos para la zona cervical, que mejoren el funcionamiento de los músculos del cuello, sí que suelen ser una opción cuya eficacia está demostrada.